martes, 20 de febrero de 2018

CUBA 2108 - 15º.(Regreso)

Regreso

      Veinticinco días después volvíamos a casa, dejamos atrás el suave clima de Cuba, en España un temporal de nieve blanqueaba la geografía peninsular.
           Allá quedan sus bulliciosas y pintorescas calles, sus instantáneas de vidas al aire libre e inconfundibles aromas: papaya tropical mezclada con hoja de tabaco, gasolina y alfombras enmohecidas. Cuba es una fruta prohibida, un país de contradicciones que por más que se visite nunca responderá adecuadamente a todas tus preguntas.
            Pero volvemos el alma cargada de recuerdos bañados por las aguas turquesa de sus mares, de su musicalidad, su arraigada cultura, su historia perfectamente preservada y el hecho de que puede ser fuente de frustración en un momento, y de inesperada inspiración al minuto siguiente.
        Nosotros, humildes visitantes, traemos las maletas plenas de buenos momentos. Desde Viñales a Baracoa, desde Cienfuegos a Camagüey, desde Trinidad a Matanzas, desde La Habana a Santiago... sus casas, palacios, calles, bosques, ríos, frutas, aromas, olores, sones... han calado en nuestros huesos más que el agua de la nube de Baracoa.
       Y sobre todo sus gentes, conversadoras para ayudarte, conversadoras para enseñarte los pasos del son, conversadoras para pedirte un lapicero, conversadora para venderte cualquier cosa; y culta, muy culta. 
                No hay cubano que no tenga algún antepasado hispano ya sea padre, abuelo o bisabuelo; ellos siempre tienen el referente y miran, allá al otro lado del océano, a España. ¿No sería justo que desde aquí miráramos algo más a Cuba?
            Para finalizar este viaje, quisiera mostrar mi, y creo que el de los cuatro, agradecimiento a:
  • Alina, su hijo Pepe, Adriana y demás comensales (no recuerdo sus nombres), de La Habana por la espléndida sobremesa y acogida que nos regalaron.
  • Héctor y su sobrina Sandra de La Habana. A él por las facilidades y favores que nos facilitó en su casa y a ella por los exquisitos desayunos que nos preparó cada día.
  • Mayte y Exi nuestras atentas anfitrionas de Viñales.
  • Miguel de Viñales, jinete que nos enseñó cómo se monta a un caballo.
  • Zandra, la casera de Matanzas.
  • Betty y Jesús de Cienfuegos, buenos anfitriones y mejores personas.
  • Magda y Elena de Trinidad por el baño de cariño que nos dieron.
  • Sara y Rosa de Camagüey, anfitrionas de lujo para estos humildes viajeros.
  • Gustavo de Holguín, en nuestra corta estancia estuvimos agradablemente confortables en su casa.
  • Maira y Tomás de Baracoa por el baño de cariños que nos regalaron.
  • A Joy de Baracoa, por el día tan estupendo que pasamos en el Parque Nacional de Humboldt bajo su tutela.
  • A Rosa María, Migdalia y Henrry de Santiago por la amabilidad demostrada en los días que estuvimos en su casa.
  • Alina (otra vez) de La Habana, por acomodarnos en el apartamento de La Habana y por dejarnos convencidos de que tenemos una amiga en Cuba.
  • A Luis, Barbarito y al camarero de La Casa de las Tradiciones: al primero por intentar el imposible de enseñarnos a bailar (fracasó), el segundo por compartir mesa con nosotros y al tercero por preparar... ¡esos mojitos!
                   Termino estos simples relatos de este viaje por Cuba, mencionando a los compañeros de viaje:
                  De Maite ¿qué voy a decir que no haya dicho en este blog?: El cansancio propio de los años que vamos cumpliendo me hace dudar de seguir o no con esta faena. Los que me seguís, agradecerle a ella que todavía ande aporreando las teclas del ordenador.
                    Alfredo y Mª Ángeles, dos viejos amigos que siempre están allí.
              De Alfredo, sufrido calculador, diré que los peores kilómetros de los recorridos por el "carro" le han tocado conducirlos a él. Ha sido casualidad pero a mí me han tocado los menos malos.
                   De Mª Ángeles diré que: no sé si la bondad, la gracia, el buen humor, la conversación... se pueden personificar, pero de ser así, indudablemente todo eso es ella con su permanente sonrisa.
                   Buen rollo entre los cuatro y, créanme, 25 días compartiendo tanto y tanto, con esta gente es fácil. 

Dos patrias tengo yo: Cuba y la noche. 
¿O son una las dos? No bien retira 
su majestad el sol, con largos velos 
y un clavel en la mano, silenciosa 
Cuba cual viuda triste me aparece. 
¡Yo sé cuál es ese clavel sangriento 
que en la mano le tiembla!…


        Hasta pronto.

1 comentario:

  1. Gracias Joséluis, que me has permitido recorrer Cuba, con vosotros cuatro.

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