martes, 20 de febrero de 2018

CUBA 2108 - 7º. TRINIDAD

Trinidad
Sin comentarios.
          El viaje hasta Trinidad es corto y, ¡vamos "p´allá!, esta ciudad se encuentra en el mismísimo mar Caribe. Hace un día invernal (afirman los cubanos), despejado, 30 Cº. Los compis de viaje decidimos: –¡toca remojar las nalgas!, ¡Ale pues!.
        Diez kilómetros al sur de Trinidad se encuentra la península de Ancón en la que en una de sus playas cuatro tumbonas bajo una sombrilla descansan cuatro cuerpos, algo gastados pero cuerpos al fin. Algún rato, los cuerpos se colocan unas gafas y unos tubos y disfrutan del blanco fondo del mar (snorkel le llaman ahora); otros momentos se pasean por las arenas caribeñas. El resto de jornada: agua de coco, cerveza, bocata, charrada y... relax, mucho relax pues lo necesitábamos.
Los cuatro con Elena y Magda.
            En Trinidad, la casa en la que íbamos a alojarnos se encontraba ocupada por gentes que, como nosotros, les cuesta abandonar lugares como este. No sé si ganamos o no con el cambio, pero la casa en la que finalmente nos alojamos, Hostal Magda (hostalmagdatdad@gmail.com) lucía bonita, aunque lo mejor de ella eran su dueña, algo así como un saco lleno de cariño, atenciones y amabilidad. A Magda le ayudaba en las tareas con los clientes Elena, una gran mujer que se desvivió por que no nos faltara de nada, y ¡qué desayunos!.
            Aquí, como en casi todas las casas, por un par de CUC (peso convertible) algún vecino estaba al tanto del coche, aunque una vez terminado nuestro periplo estamos convencidos de que no hacía falta ninguna vigilancia, pero satisfechos de haber ayudado al personaje nocturno.
Una de las calles de Trinidad.
              Dicen que Trinidad es una de las ciudades más bellas de Cuba. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988, fue la tercera villa fundada por la corona española en Cuba, por Diego Velázquez en 1514. Actualmente es una ciudad-museo con un gran patrimonio arquitectónico colonial de los siglos XVIII y XIX, entre el que destacan sus estrechas calles adoquinadas, sus preciosos edificios restaurados, sus majestuosas iglesias y sus fantásticos patios que le otorgan esa atmósfera típicamente colonial.

Las escaleras.
          Una y otra vez recorremos sus adoquinadas calles, las casas luchan entre ellas por ver cual ostenta el título de más bella. Todos los colores pastel que cualquier pintor tenga la osadía de llevar al lienzo adornan las fachadas de las viviendas, sus ventanas protegidas por artísticas verjas muestran el interior de algunos restaurantes en espera de que el turista se siente ante sus bordados manteles.
             Sin brújula alguna, tan solo con seguir cualquier calle en cuesta aparecimos en la plaza Mayor, presidida por la iglesia de la Santísima Trinidad. Completan la plaza, el Palacio Brunet, el Museo de Arqueología y el de Arquitectura Colonial.
Plaza mayor.
          No enumero todas las joyas de Trinidad, pero no puedo pasar por alto las escaleras que mueren en la Casa de La Música, entre sus peldaños éramos multitud escuchando los ritmos que nos acompañaron por toda la geografía cubana.
        Únicamente un "pero": los precios de cara al turismo, los más caros de toda la isla. ¿No estarán exprimiendo en demasía la gallina de los huevos de... los vistantes?
           Por lo demás, cualquiera que vaya a Cuba, no deje de visitar Trinidad.
            El segundo día marchamos al Valle de los Ingenios, del que hablaré a continuación, y el último repetimos playa en la península de Ancón, pues las siguientes etapas andaban algo lejos de los mares de Cuba.

ENLACES AL RESTO DE CAPÍTULOS
Introducción
1.- La Habana
2.- Las Terrazas - Santa Lucía - Cayo Jutías
3.- Viñales
4.- Matanzas
5.- Cienfuegos
6.- El Nicho
7.- Trinidad
8.- Valle de los Ingenios
9.- Sancti Spíritus
10.- Camagüey
11.- Holguín
12.- Baracoa
13.- Parque Nacional Alejandro Humboldt
14.- Santiago de Cuba
15.- Regreso a casa

Maite ante una de las fachadas.

Bellos colores.

Las dos "jóvenes" delante de la Casa de la Música.

El jinete.

Museo de Arquitectura Colonial.

Jugando al dominó.

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